Mi confrontación con la docencia
Desde pequeña viví rodeada de dos grandes profesores, mis padres. Gracias a su esfuerzo y ejemplo me inspiraron y guiaron hacia este camino de la docencia.
En lo personal siento que al graduarse uno de la preparatoria, algunos no estamos listos para tomar una decisión tan importante, y digo que algunos porque sé que cada persona es diferente dependiendo a las experiencias que la vida nos pone en el camino.
En ese momento yo me sentía totalmente dispuesta a estudiar cualquier carrera, quería algo en lo que batallara, en donde pudiera demostrar que cada ser humano es capaz de estudiar cualquier carrera no importa lo fácil o difícil que llegue a ser, considero que todos fuimos creados con la misma inteligencia solo que a veces no sabemos cómo pulirla.
Admiraba a cada maestro que conocía, y quería llegar a ser como ellos. Fue así que mi madre con sus consejos me hizo ver las cartas buenas de la docencia.
Inicie la normal en el año 2007 a la edad de 16 años, en la escuela normal Anglo de Tampico. Decidí estudiar en esta escuela porque me llamo la atención el hecho de que al finalizar la carrera a la persona que lograba cursar los 8 semestres la materia de inglés se le entregaba también un certificado como técnica en el idioma. Un área que gracias a mis padres me es posible dominar. Desde pequeña mi hermana y yo íbamos a cursos de inglés, en aquel entonces no valoraba mucho ese aspecto, porque mientras mis amigas disfrutaban, jugaban o descansaban, yo tenía que estudiar.
Como ya lo había mencionado yo soy de Pánuco Veracruz, por lo que tuve que dejar mi hogar para continuar con mis estudios.
Viví dos años con mi hermana mayor, pero una vez que ella terminó su carrera se regreso a Pánuco con mi familia y yo tuve que quedarme en una pensión. Gracias a la gran preparación de mis padres, me dieron todo lo necesario para salir adelante con la carrera y yo buscaba la manera de cumplir cada día con mis obligaciones y responsabilidades.
Ahora que lo veo desde otra perspectiva, valoro cada experiencia que viví fuera de casa, me volví mucho más responsable de lo que ya era, y aprendí a darle solución a cada dificultad que se me iba presentando. Lo único que me afectaba en lo emocional era el estar lejos de mis papás. El no tener a quien llegar a platicarle mis experiencias en la escuela, pero eso me ayudo a convertirme en una persona fuerte y dejar la debilidad por un lado.
A pesar de mi corta edad, siento que gracias a la Escuela Normal en donde realicé mi preparación como docente, tuve la oportunidad de vivir todo tipo de experiencias con respecto a la docencia.
Durante el primer semestre realice visitas a los diferentes tipos de escuelas: rurales, urbanas, públicas y privadas. Esto con la finalidad de conocer las características, similitudes o diferencias de cada entorno, para que me fuera familiarizando con lo que en un futuro estaba por venir.
En cada visita que hacía debía realizar un relato sobre mi experiencia dentro de cada escuela, platicar lo que había observado durante la jornada y los aspectos que más habían captado mi atención.
Las relatorías las compartíamos en clase con mis demás compañeros y maestros; una vez que ya tenía la idea de las características del entorno de las escuelas y la forma en que cada una era administrada, pasamos al siguiente semestre, en donde junto con mis compañeros y el apoyo de un profesor guía, se nos asignaba a cada uno una escuela y un grupo, para realizar nuestra primer práctica frente a grupo.
Al tener en nuestras manos la información necesaria, debíamos presentarnos a la escuela asignada a pedir autorización a los directores para poder realizar las prácticas; a la vez que solicitábamos temas para preparar el material necesario y planear el procedimiento de la clase.
En la clase de Práctica Docente, lo primero que realizábamos era la planeación de acuerdo al tema que la profesora o profesor del grupo nos había asignado. Dentro de un plan didáctico, organizábamos de la siguiente manera la clase:
El plan era revisado por el maestro asesor, era el encargado de corregir o darnos mejores ideas para la clase. Cuando el plan ya estaba correcto era autorizado para elaborar el material que necesitaría para llevarlo a cabo.
Cada semestre practicábamos dentro de cada grado, de primero a sexto. Para evaluarnos, entregábamos a cada maestro encargado de cada grado, una hoja de evaluación, donde dentro de una ponderación de 0 a 10 nos asignaban una calificación dependiendo al esfuerzo que dábamos al dar la clase y durante la estancia dentro del grupo.
Comencé esta profesión no totalmente convencida de que era lo que realmente quería para mí, pero conforme a las experiencias que he vivido como maestra frente a grupo, me ha llenado de emoción cuando me doy cuenta de que otra persona está aprendiendo con mi ayuda. Poco a poco ha ido despertando en mí el amor a la profesión.
Considero que un maestro es un ser valioso, porque ¿Cómo podría una persona llegar a ser doctor, arquitecto, empresario, sin un profesor que lo guíe? Todas esas grandes personas que son admiradas y respetadas llegaron a ser quien son gracias a un maestro que les enseño todo lo que hoy en día saben.
Cada que termino de dar una clase, me da alegría el poder compartir todo lo que sé. Demostrarme a mi misma todo el conocimiento que poseo y que puedo con mis enseñanzas encaminar hacia el camino del bien a unas personitas que tendrán en un futuro el mundo en sus manos.
Si uno busca la continúa preparación, identifica en su persona sus defectos y trata de modificarlos, cambiarlos totalmente y convertirlos en virtudes, valoramos cada virtud que tenemos, seremos capaces de vivir en armonía con los demás.
En cada ser humano esta que el mundo sea cada vez mejor. Quizá no todos tendremos la posibilidad de ver las cosas positivamente, pero considero que los maestros lo somos, gracias a que durante nuestra formación como docentes, se nos da la oportunidad de conocer todos los estilos de vida que pueden existir en el mundo.
Algún día nos tocara trabajar en un área rural, en una escuela que no contará con todas las herramientas, en una comunidad donde hará falta el aspecto económico, pero los maestros somos los encargados de llevar esa esperanza al corazón de cada niño en formación, esa motivación para salir adelante, demostrándoles que todo se puede lograr cuando uno se esfuerza y lucha por lo que quiere.
Gracias a todas las experiencias que vivimos como docentes, es que nuestro pensamiento se hace más crítico y reflexionamos cada aspecto de la vida de la mejor manera; así buscamos soluciones primeramente para estar bien con uno mismo y posteriormente tener la habilidad de ayudar a los demás.
Estoy consciente que no todo en la vida es fácil, pero hay que aprender a tomar la vida como viene, cambiar los pensamientos negativos por positivos, tomar de cada experiencia lo bueno y sacarle provecho.
Me pongo a pensar y reflexionar en toda la injusticia, delincuencia que existe en nuestros alrededores, y pienso que en esta profesión se nos da la oportunidad de acabar con eso, porque todo ser humano, fue niño, cada que veo a mis alumnos, siempre trato de hacer una toma de conciencia con ellos a través de mensajes positivos, nosotros podemos influir en el futuro de cada personita, por eso debemos siempre tener la mejor disposición y actitud para demostrarles lo bueno que puede llegar a ser la vida si la vives positivamente.
Quizá no esté completamente en nuestras manos el futuro de cada alumno, pero al menos podemos dejar en ellos una semillita que los hará reflexionar cuando estén actuando de una manera que no es bien vista por la sociedad.
Hacer que cada enseñanza sea para vivir en armonía.
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